TES ( TEATRO EN SEPIA )
TEMPORADA 2011
TES
domingo, 20 de enero de 2013
Estreno de la obra "Afrolatinoamericanas de voces, susurros, gritos y silencios" de Lea Geler y Alejandra Egido
Centro Cultural Raíces. Agrelo 3045. CABA
Primera función viernes 5 de Octubre del 2012 a las 21hs.
Funciones todos lo viernes de Octubre y Noviembre a las 21hs.
Primera función viernes 5 de Octubre del 2012 a las 21hs.
Funciones todos lo viernes de Octubre y Noviembre a las 21hs.
Esta obra es la puesta en escena de
diversos textos históricos y poéticos escritos por mujeres afrolatinoamericanas que relatan las gestas, pasiones, pesares e
ilusiones de las mujeres afrodescendientes
de
Argentina y Latinoamérica,
desde la época de la esclavitud hasta nuestros días. Llegadas a territorio latinoamericano
en los barcos esclavistas, secuestradas y privadas de todo libertad, estas
mujeres lucharon, se rebelaron y tejieron estrategias que les permitieron no
solamente sobrevivir sino rehacer sus vidas, entrelazándolas con la todo un país
(y un continente) que aun no toma conciencia de su presencia ni de su historia
haciendo recaer sobre ellas muchas veces el olvido, la discriminación y los
prejuicios.
La puesta abre con la imagen de Sarah Baartman
tristemente conocida como La
Venus Hotentote, expuesta en ferias europeas para ser
observada como un animal salvaje a principio del siglo XIX. Su fuerza y
recuerdo unirá a las mujeres afrodescendientes a lo largo de la historia y del
territorio. Cada afrolatinoamericanas recibe este mensaje y, a su vez en las
manos de cada una el mensaje se resignifica.
Pero estas mujeres no dejan de compartir con Sarah
Baartman una situación de estereotipación, e hipersexualización: son miradas,
observadas, expuestas…. En este circo en el que sin quererlo las afrolatinoamericanas
son protagonistas, irrumpen tiempos y espacios diversos trazando continuidades
y rupturas.
Declara Doña María Antonia Mercado ante la
justicia eclesiástica provincia de Córdoba (Argentina) de la primera mitad del
siglo XIX.
Quiere divorciarse de su esposo ya que este abunda
en vicios, juegos y amancebamientos, con esclavas y pardas con las que tiene
varios hijos. Vemos como esta mujer trasciende su época poniendo en tela de
juicio ante la sociedad la moralidad de la familia frente a la introducción de
hijos ilegítimos en el matrimonio mediante el adulterio. Y llama a declarar
como testigos a mujeres esclavas, pardas y libres que exponen sus declaraciones
y estrategias.
El personaje de Josefa
Tenorio a inicios del siglo XIX, convierte el mensaje en una reflexión
literaria. Es una carta que ella hace al general San Martín, llena de cuidadosas
y contenidas palabras. Bien sabe que el haber ido a la guerra vestida de hombre
es una acción que trastorna el orden patriarcal de su época.
Tan certeras son sus dudas al
respecto que la historia recoge la siguiente solución a sus pedidos: “Días más
tarde (de haber recibido la carta de Josefa) el general San Martín ordenó:
Téngase presente a la suplicante en el primer sorteo que se haga para la
libertad de los esclavos”.
El mensaje va trasladándonos de escenarios lejanos a otros más
modernos, donde van aflorando personajes de mujeres más cercanas a nosotras
mismas. Es recibido por una mujer que hace uso del aquí y del ahora y lanza al
viento y a todos su declaración de principios: Soy como soy, como lo cuenta la
poetisa costarricense Shirley Campbell Barr, “porque me da la gana”.
Nuestra performance va y viene del pasado a la modernidad, y se adueña
nuestro mensaje de las manos de una mujer que lamenta haber cambiado la
tradición oral africana por los libros de filosofía, como se lamenta la poetisa
cubana Georgina Herrera. Reconoce que no sabe hacer cuentos, como las negras
viejas que con sus narraciones consolaban los velorios.
No oculta en sus versos un fino temor nostálgico, un miedo inmenso de
haber tejido el hilo por donde se escapan para siempre la tradición y la
cultura.
Ya nuestro mensaje pasa de la mano de una mujer a la de la otra, están
todas en escena, se acompañan, se oyen, se expresan, concluyen. Algunas recogen
cartones en la calle y viven en favelas, como lo hacía Carolina María de Jesús
en Brasil, otras permanecen defendiendo a su “amo” para que la libertad de sus
hijos sea duradera.
Con estos hilos invisibles y fuertes, con la pluralidad de un mismo
mensaje, está tramada esta performance. Pero, a pesar de las declaraciones y
testigos presentadas, María Antonia Mercado no consigue ganar el juicio. Y a
pesar de las solidaridades e historias compartidas el circo continúa.
Piezas adaptadas
de:
Siglo XVIII:
Declaración en Buenos
Aires de Paula Gorman, negra esclava del Dr. Don Miguel Gorman, en 1789, para
ser separada de su amo.
Siglo XIX:
Carta escrita en 1821
por la esclava Josefa Tenorio a San Martín, Monteagudo y Guido, en la que pide
su libertad después de haber servido a la patria en sucesivas batallas.
Recreación del juicio
de divorcio ocurrido en la ciudad de Córdoba (Argentina) entre 1805 y 1841.
Poema afrofemenino
anónimo titulado “El aire y el agua”. Reproducido en el periódico afroporteño La Perla, 1878.
Pieza de Eduardo
Gutiérrez sobre Mamá Carmen (ca. 1879), escrita durante la Campaña al Desierto.
Siglos XX y XXI:
Poema “Porque me da la
gana”, de Shirley Campbell Barr (Costa Rica).
Poema “Elogio para las
negras viejas de antes”, de Georgina Herrera (Cuba).
Diario de Carolina María
de Jesús (Brasil).
Criticas
Columna de teatro
de Marina Rosetti en Nacional Rock FM 93.7
Programa: La mañana
con Sergio Secchi (Lunes a viernes de 7:00 a 9:00)
Columna del martes 18
de septiembre de 2012 (desgrabación)
Sergio Secchi (SS): Son las 8 y 27 minutos de la mañana,
13 grados en la ciudad de Buenos Aires y le damos la bienvenida a Marina
Rossetti, si no la conocen es nuestra columnista de teatro. ¿Cómo le va?
Marina Rossetti (MR): Buen día Sergio ¿como estas?.. (Saludos)
SS: Bueno teatro…hoy día martes tenemos
dos recomendaciones
MR: ¿Vamos con la primera?
SS: Sí
MR: Es una obra que se llama
Afrolatinoamericanas. De voces, susurros, gritos y silencios. Se va a presentar
todos los viernes de octubre y noviembre a las 20:30 en el Centro Cultural
Raíces, ahí en la calle Agrelo 3045. Yo tuve la oportunidad de verla este
viernes pasado, ahora se toman unas mini vacaciones hasta que empiece el mes de
octubre. Es una obra que desde el vamos es interesante porque los textos de la
obra están escritos propiamente por mujeres afrolatinoamericanas contando sus
vivencias desde la época de la esclavitud hasta la actualidad. Utiliza un
recurso casi cinematográfico de ir y volver en el tiempo contando la historia
que les tocó vivir a estas mujeres. Invitan a la reflexión de lo que pasa con la
cultura afro en la actualidad, lo que ellas sienten que representa, por ejemplo
la discriminación, la negación de la cultura, básicamente lo que hace es eso,
es poner en evidencia lo que sucede con la cultura.
SS: y a pesar del paso del tiempo ¿no? Uno
cree que hay muchos derechos logrados pero sin embargo hay muchos que aún no
MR: que siguen siendo negados y sobre
todo si uno se para en la perspectiva de cómo nos contaron la historia. Eso es
lo que trata de develar. A pesar de que dura 45 minutos, una obra corta pero
pone en evidencia lo que tiene que poner. Invita a este cuestionamiento de lo
que pasa con la cultura afro.
SS: Me imagino que debe ser muy intensa
para contar todo esto que estás narrando ahora ¿no?
MR: Es intensa, es intensa con un texto
muy muy bien logrado de Alejandra Egido. La obra empieza con una escena donde
una mujer trata de rebelarse nada más y nada menos –en el siglo XIX- ante la
corte eclesiástica queriendo divorciarse de su marido por haberle descubierto
varias infidelidades… imaginate lo que
significaba esto
SS: si, si ¿qué está pidiendo esta
mujer?
MR: Eso.. ¿qué está pidiendo esta mujer
en ese contexto? y de ahí en más se desatan las otras cuatro historias también
de mujeres que pretenden liberarse de algún modo, de las opresiones que vienen
sufriendo como esclavas. Tienen un denominador común estas cinco mujeres en
escena que es precisamente esto: el querer liberarse cada una a su manera y
respetando siempre la cultura afro. Así que es muy recomendable para ver se va
a presentar como decíamos al principio los viernes de octubre y noviembre en el
Centro Cultural Raíces
SS: Los viernes tempranito 20:30 en
Agrelo 3045 ¿esto que es? ¿Palermo?
MR: si
SS: me suena la calle no sé si es
Palermo…entonces a partir de octubre los viernes
MR: si el primer viernes 5 de octubre
SS: no les dije aún que Marina tiene un
blog muy interesante donde plasma estas críticas y otras vamos a darlo para que
la gente lo conozca
MR: ¿Decimos el elenco de esta obra?
¿Quienes la integran?
SS: Como no…
MR: Anastasia Jiménez, Carmen Yannone;
Irene Gaulli, Natalia Morales y Silvia Balbuena. La dirección es de Alejandra
Egido y en el guión también está Lea Geler
SS: Muy bien esta es la presentación y
después vamos a recordar en octubre para que la gente la tenga presente
MR: Sí vamos a recordarla porque vale
la pena verla
SS: Porque siempre hubo raíces
afrolatinoamericanas en nuestro país
MR: Sí y sobretodo hay un punto
fundamental que es esto: cómo nos contaron la historia, poder indagar eso.
SS: Bueno en un ratito vuelve Marina
Rosetti con más teatro.
Revista Quilombo.Nicolás Fernández Bravo
Categorías
Actualidad, Revista 85 — 19/09/2012 20:55
Artes
escénicas I “Afrolatinoamericanas”, de Alejandra Egido
Las personas detrás de la escena: Afrolatinoamericanas ayer y hoy
El encantador Pasaje Rivarola, en pleno
centro de la ciudad de Buenos Aires, apenas si parece un lugar para encontrar
una obra de teatro que discute radicalmente las formas de la representación en
torno a las mujeres afrolatinoamericanas. Pero, ¿existe un ámbito ‘normal’ para
hacerlo?
El reestreno de la obra Afrolatinoamericanas”–dirigida
por Alejandra Egido, con la participación de la antropóloga Lea Geler e
interpretada por la compañía de teatro TES, integrada por actrices
afrodescendientes– es un desafío artístico para repensarlo todo: el tiempo, la
escena, el verbo.
Compuesta a partir de fragmentos de voces de
mujeres cuyas vidas fueron racializadas por la modernidad, la obra invita a
perderse en la lógica de la secuencia histórica, interpelando la linealidad del
tiempo. El discurso zoológico y circense que marcó la vida y el cuerpo de Sarah
Baartman (la “Venus Hotentote”) cuando fue exhibida en Londres durante la primera
década del siglo XIX, penetra incómodamente en el presente. Al hacerlo, las
voces detrás de los velos descienden, bajan hacia las oscuridades del sexismo y
el racismo, denuncian la violencia pública pero también la privada que se
esconde en una cacerola o en la “lengua endemoniada”.
En esta nueva versión de la obra, Egido y Geler
optaron por indagar en los pliegues más sutiles de las historias soterradas por
la invisibilización y el silencio. La elección de la mezcla, tanto racial como
cultural y lingüística (e incluso, técnica), es un recurso acertado para
colocar en escena la confusión de voces. Solo que la persistencia profunda del
tiempo –ver, oír, callar desde tiempos memorizables– recuerda que la
hibridación jamás supone el olvido. Por el contrario, lo vuelve más difícil,
más paradójico, más entreverado. La pureza, nos recuerda Fanon, aliena
tanto si se la adora como si se la execra.
El afianzamiento actoral de intérpretes ya
conocidas en trabajos anteriores de la compañía se ha visto renovado con la
irrupción de nuevas actrices, en el marco de una concepción estética y ética
que colocan a Afrolatinoamericanas en la frontera de una nueva forma
de concebir el teatro y experimentar con “lo dicho”. Una forma virtualmente
desconocida para una ciudad con una exuberante, acaso selvática y no siempre
sorpresiva cartelera.
Indudablemente, el proyecto de la cubana Egido se
encuentra removiendo el humus sobre el que se asienta nuestra comodidad, y lo
continuará haciendo en la medida que el mirar, el escuchar y el gritar no
se encuentren completamente liberados para todas las personas.
Próxima funciones: los viernes
de octubre y noviembre, a las 20.30 hs., en el Centro Cultural Raíces (Agrelo
3045). Reservas: 4931-6157
Ficha técnica: Intérpretes:
Carmen Yannone, Irene Gaulli, Silvia Balbuena, Anastacia Giménez, Natalia
Morales. Coreografías: María Zegna. Diseño, luces y equipo técnico: Leandra
Rodríguez,
Santiago Schaerer. Dirección: Alejandra Egido.
Guión: Lea Geler y Alejandra Egido. Diseño escenográfico: Adrián Levy.
Vestuario: María O. Duración: 45 minutos.
Nicolás Fernández Bravo
nhicuf@arnet.com.ar
Luna Teatral. Azucena Ester Joffe, María de los Ángeles Sanz
En el espacio de El Museo de las Mujeres, se presentó en tres funciones, una para público invitado, y dos para público en general una puesta que trabaja sobre dos categorías, género y etnia, unidas en una misma problemática: la discriminación. En un planteo de encrucijada histórica, desde la Colonia hasta nuestros días, el tema de la violencia sobre los cuerpos femeninos, la fuerza sobre la razón y la justicia, el cuerpo convertido en objeto, en mercancía; tierra fértil para el deseo y el lucro, son las temáticas puestas en acto en la sala que albergaba a un público ansioso por el discurso escénico que desde el relato y la danza, daban cuenta del proceso inacabado de la recuperación de la palabra, para dar cuenta de una narración oculta no dicha por el discurso oficial. Las querellas familiares que encerraban dos tipos de abusos sobre los cuerpos, el primero sobre las esclavas negras compradas en la feria de novedades, y luego convertidas en mancebas de sus amos, madres de sus hijos naturales; y el producido sobre las mujeres en general en una época donde sus derechos no existían porque su calidad de sujetos históricos tampoco estaba reconocida, da pie para el inicio, para la llegada de las actrices a la arena de esa plaza – circo donde desde una voz en off se nos invita a presenciar un espectáculo único. Cubiertos los rostros de las esclavas con velos negros, sin velo la mujer del amo que reclama un trato justo para sí, y que solicita la complicidad de la palabra de aquellas que si bien están en registro inferior de clase, son compañeras de abusos e infortunios en una tierra donde la ley patriarcal es el universo conocido. La iglesia y su aceptación del statu quo, cuando no la incitadora al mismo, está también presente en el relato, cómo no podría estarlo, cuando en la intervención de la defensa de los derechos de la mujer se trata para imponer un criterio autoritario y restrictivo. La puesta acierta cuando pone en evidencia como ese discurso distorsiona la mirada de todas, y provoca el enfrentamiento de quienes deberían estar unidas por el dolor y la necesidad de justicia. El rol de la mujer en las luchas de Independencia, y sobre todo de la mujer negra, que busca en una geografía distinta, su hogar, su patria y su destino, acallando muchas veces la voz de los ancestros que sin embargo emerge con fuerza en la canción y en la danza, donde el cuerpo por fin expresa en libertad su propia historia. La performance propuesta por Lea Geler y Alejandra Egido es la puesta en escena de diferentes textos escritos por mujeres afrolatinoamericas, tanto textos históricos como poéticos[1] que nos llevan por un recorrido vivencial desde el siglo XVIII al presente. La puesta in situ en el espacio del Museo de la Mujer, lugar de mil y una historias vivas, desborda de público que intenta ingresar para poder atrapar un retazo de esos crueles relatos. Mientras el espacio del público se amplia, por dicho motivo, se reduce el espacio escénico, y en ambos se contaminan lo histórico, lo social y lo privado, de las pequeñas narraciones compartidas. El clima, entre lo ritual y lo real, se va construyendo a partir de la intensidad del discurso en primera persona de cada performer. Relatos que tienen su núcleo duro en la problemática de género, que tienen que ver con el lugar que estas distintas mujeres han ocupado a lo largo de la historia, como también el lugar que cada una de las actrices ocupa hoy en nuestra sociedad. La fuerte impronta femenina que se genera, en los 45 minutos que dura la performance, permite que nosotros como receptores confirmemos que “la vida real ha invadido al teatro”. Siguiendo a Schechner:
Se
ha escrito mucho sobre la performatividad creciente de la vida cotidiana, sobre
los modos en que el teatro ha influido y se ha infiltrado en religión,
política, medicina, profesionales, deportes y casi cualquier otra cosa que se
nos pueda ocurrir. Aquí hablo de un movimiento en la dirección opuesta. Los
modos en que la autenticidad, real o supuesta, de la religión, el compromiso,
la creencia, etcétera, han contribuido a formar un teatro que se cree, un tipo
de teatro donde actores y receptores (“espectadores” o públicos” son palabras
demasiado pasivas) están completamente comprometidos en lo que están haciendo.
Son suyas las historias, los personajes son ellos mismos o personas que ellos
conocen, las situaciones son específicamente pertinentes a sus vidas, los
lugares donde actúan son parte específica de su comunidad; a menudo, sus
acciones tienen consecuencias. En el teatro que se cree, la vida real ha
invadido al teatro (2000: 149)
Especialmente,
en las cuatro actrices que ingresan con sus rostros tapados, vedados, como si
negando sus facciones pudiéramos ver en ellas a aquellas tantas mujeres
afrolatinoamericanas, mujeres que a pesar de ser sometidas y ultrajadas
tuvieron el coraje y la dignidad para engrandecer su condición de mujer, en
primer lugar, y de latinoamericanas, y de su ascendente africano. Si la
población negra, en general, fue silenciada, la mujer en especial, fue
animalizada. Cincos personajes que exigen, entre el llanto y el grito mudo,
ante una sociedad que las ha invisibilizado, personajes que se construyen a
partir de la fuerza interior de cada actriz, explicitando una corporalidad
femenina. Tristes huellas en nuestra memoria, cicatrices que aún sangran, pero
que son necesarias para la construcción de nuestra identidad, individual y
social, para terminar de una vez y para siempre con aquel circo –que se
menciona al inicio y al cierre del hecho
teatral- que invitaba, “pasen y vean”, a observar a ese “otro” considerado
diferente. El planteo de esta performance es una experiencia casi
religiosa, en su sentido más laico, en tanto que es una experiencia en
comunidad, donde todas y todos tenemos un punto de encuentro con estos
testimonios de vida que desde el espacio lúdico nos interpelan y nos hace tomar
consciencia de todo lo que falta por hacer. Por último queríamos destacar que a
partir del 5 de octubre, Afrolatinoamericanas se presentará todos lo
viernes de octubre y de noviembre a las 20: 30 en el Centro Cultural
Raíces que está en Agrelo 3045.
Giras. La Habana Cuba.Enero 2013
La Cia TES y la obra "Afrolatinoamericanas de voces , susurros, gritos y silencios",
fue invitada al Festival Afroplabra 2013 en La Casa de Africa en La Habana.
Contamos para la participación en este evento, con el apoyo de la Cancilleria Argentina que nos otorgó los pasajes.Y de la Embajada de Argentina en Cuba .
fue invitada al Festival Afroplabra 2013 en La Casa de Africa en La Habana.
Contamos para la participación en este evento, con el apoyo de la Cancilleria Argentina que nos otorgó los pasajes.Y de la Embajada de Argentina en Cuba .
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